Desde la década de los 90 el pasto sintético evoluciona considerablemente gracias a los distintos estudios realizado a posibles materias primas e implementación de última tecnología. Estos resultados obtuvieron una tercera generación del césped artificial.
Las mejoras realizadas en el pasto sintético de tercera generación incluyen la fabricación de fibras de mayor altura, hasta de 60mm. También se implementó la utilización de polietileno para la fabricación de sus fibras, con diseños llamados fibrilados, monofilamentos y una combinación de ambas.
La utilización de caucho granulado es otros de sus avances, este permite una considerable mejora en las técnicas, y el desempeño deportivo. Y con fibras más suaves debido a la nueva materia prima se evitan lesiones en los deportistas.
El granulado de caucho significó una importante evolución principalmente en el pasto sintético para fútbol. Con la generación anterior solían tener problemas de bote de balón y un agotamiento de los jugadores más de lo habitual, debido al desplazamiento sobre el relleno de arena sílice.
En el ámbito decorativo también significó un gran avance, principalmente debido a su incremento en la durabilidad y la suavidad de las fibras. Hoy en día se utiliza pasto artificial en cojines sin que sea molesto para la piel y es utilizado en áreas infantiles sin causar lesiones ni alergias.
La característica primordial que ofrece el pasto sintético de cuarta generación es que no requiere del típico relleno de arena sílice, ni de caucho granulado. Lo que supone un ahorro considerable en los campos deportivos y en el pasto sintético residencial, ya que no es necesario reponer estos complementos.
Otra de sus características es la temperatura que puede llegar a adquirir. Calienta mucho menos que el pasto sintético convencional, manteniendo una temperatura agradable bajos los sofocantes rallos de sol. También es más suave, tiene mayor durabilidad, alta resistencia al desgaste y este es un pasto sintético más parecido al real.
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